Déjame que empiece primero poniéndote un ejemplo: Imagínate que quieres ver una serie muy famosa por Internet. Si pudieras escoger, ¿empezarías a verla desde el principio, o empezarías desde un fragmento aleatorio del tercer episodio de la segunda temporada? Y a continuación, ¿saltarías a otro episodio aleatorio de la quinta temporada? *¡Eso sería una locura!* Probablemente, si así hicieses, no solo no te enterarías de nada, sino que probablemente perderías las ganas de seguir viendo esa serie Nada tendría sentido: no habrías tenido la oportunidad de construir en tu mente la historia, de conocer a los personajes, ni de almacenar los momentos importantes de la historia en tu cabeza... *Algo similar puede pasarnos con la Biblia* La Biblia no es una colección de libros desconectados los unos de los otros, o de historias sueltas: es una colección de textos que forman parte de una gran historia, *La Historia de Dios.* Y, aunque es verdad que la Palabra de Dios es tan poderosa que un solo versículo puede transformar tu vida entera, es cierto también que cuando somos capaces de analizar las Escrituras como parte de una gran Historia, eso nos ayudará enormemente a comprenderlas mejor, y a poder extraer todos los tesoros que contiene la Biblia. De hecho, cuando tuve mi encuentro con Dios, el conocimiento que ya tenía de la Biblia, combinado con las nuevas revelaciones que estaba teniendo, me ayudaron a crear poco a poco un mapa mental claro de la Biblia, de su estructura, de sus personajes, y de dónde se encontraban aquellos pasajes clave que más me habían tocado. *¡Eso me ha ayudado a lo largo de los años a tener una claridad cada vez mayor!* Como dice la Biblia en relación a las historias que nos encontramos en las Escrituras: _*"Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos..."*_ 1 Corintios 10:11 *Sí, he aprendido cosas preciosas de cada una de esas historias* individuales que ocurrieron a los diferentes personajes de la Biblia, y eso me ha ayudado, al mismo tiempo, a construir una mejor idea global del mensaje de la Palabra de Dios en mi corazón.