A veces, las malas hierbas se esconden en nuestro corazón.
Ya sabes, esas cosas a veces sutiles que se esconden en la sombra, pero que pueden echar a perder todo un jardín.
En ocasiones nos sorprendemos cuando dejamos que haya en nosotros sentimientos de cólera hacia una persona, falta de perdón o amargura.
Estos sentimientos contaminan poco a poco nuestro ser, e impiden que nuestro jardín (nuestro ser) se desarrolle y brille para Dios.
*Aprovecha esta mañana para identificar esas malas hierbas y arrancarlas de tu corazón.*
¡Es verdad, es doloroso, pero al mismo tiempo hace tanto bien!
Una y otra vez arranca de tu vida las raíces de amargura, la falta de perdón, la cólera que haya en tu vida, y libérate de esos pesos que envenenan tu alma.
Libera el perdón hacia ti, y hacia los demás.
Tienes derecho a vivir plenamente libre: *Jesús ha dado su vida para que tú puedas tener esta libertad* (Juan 8.36).